Se
calcula que el asma afecta a 300 millones de personas en todo el mundo, y que
del 10 al 30% de los adultos y hasta la 40% de los niños padecen rinitis
alérgica. Ambas enfermedades afectan, en mayor o menor medida, la calidad de
vida de las personas: provocan ausentismo escolar y laboral, afectan el sueño y
la actividad física, y también son causa de ingreso a emergencias,
principalmente en el asma. Esta última, es una enfermedad crónica de las vías
aéreas inferiores que se caracteriza por la falta de aire (disnea), la
presencia de silbidos al respirar (sibilancias), fatiga, opresión de pecho y
tos.
“La
rinitis es una inflamación de las fosas nasales, que produce sensación de nariz
tapada, presencia de rinorrea (escurrimiento de secreciones por la nariz),
picazón de nariz y estornudo generalmente en salvas. Muchas veces, puede estar
acompañada por conjuntivitis y sinusitis. Y ser intermitente o persistente en
el tiempo”. La médica de staff del Servicio
de Alergia e Inmunología del Hospital Universitario Austral Dra. Milagros
Moreno D'Anna señaló que “la utilización de aerosoles respiratorios para el
asma, los antialérgicos para la rinitis y la inmunoterapia (vacunas de alergia)
son las principales formas de tratar la alergia”.
Para
la integrante del Departamento de
Bioética de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral, “en
estas patologías respiratorias, la hipersensibilidad alérgica es una de las
causas más preponderantes y está desencadenada por los alérgenos, aquellas
partículas o sustancias inocuas que liberan una reacción de tipo alérgica”. Los
mismos pueden ir desde los alérgenos ambientales, alimenticios y laborables,
hasta medicamentos, metales y venenos de insectos.
“Los
alérgenos ambientales, principalmente, se relacionan con el asma, la rinitis,
la conjuntivitis y la rinosinusitis; pero sin olvidar que las alergias
alimentarias o las exposiciones laborables, como por ejemplo el látex, que
también son desencadenantes de éste tipo de alergias”, sostuvo la especialista,
quien diferenció que “los alérgenos ambientales o aeroalérgenos pueden clasificarse
en outdoor o indoor”.
Los
primeros son los que se encuentran en el espacio exterior o en el
medioambiente, ejemplos de ellos son los pólenes de hierbas, pastos o cereales.
Estos serían en gran medida los responsables de los síntomas alérgicos
estacionales, ya que coinciden con su polinización.
En
tanto, los alérgenos indoor son los hogareños o de ambientes interiores (casa,
escuelas, trabajo) de los cuales los ácaros, el moho, las cucarachas y los
epitelios de animales (gatos, perros, roedores) son los más destacados. Los
pólenes, el moho y/o el epitelio de animales del exterior pueden transportarse
a los ambientes interiores en diversos grados y de diferentes maneras, por ejemplo,
el aire acondicionado.
La
especialista dio una serie de recomendaciones para prevenir la acción de estos
agentes irritantes:
·
Limpiar
a diario las superficies mediante aspiradora con filtros de alta eficacia o con
paños húmedos (no barriendo).
·
Utilizar
fundas anti-ácaros para colchones o almohadas.
·
Minimizar
el número de peluches en habitaciones de niños.
·
Los
animales, fuera de la casa.
·
Eliminar
basura periodicamente, evitar aguas estancadas, platos sin lavar, colocar cebos o
trampas para cucarachas.
·
Controlar
la humedad, ya que hace crecer hongos y ácaros. Ojo con el encierro,
ventilar los ambientes.
·
Limpiar
los filtros de aires acondicionados.
·
Cerrar
las ventanas en el hogar y auto durante los picos de polinización.
“La
suma de todas estas pautas constituye el tratamiento de las alergias
ambientales -destacó la Dra. Moreno D'Anna-. Es importante resaltar que todas
estas medidas de evitación reducción para alérgenos son básicas y muy necesarias,
pero que generalmente solas no logran el total control de los síntomas
alérgicos provocados por aeroalérgenos. Para ello, es necesario el tratamiento
con medicación acorde a la patología del paciente y debidamente indicada por un
especialista”. BP
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