Cada 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer por lo que
asociaciones y profesionales organizan eventos para hablar de demencia a los
fines de aumentar la conciencia sobre esta enfermedad y enfrentar el miedo y el
estigma que la rodea.
«La demencia es un nombre genérico para los
síndromes cerebrales degenerativos progresivos que afectan la memoria, el
pensamiento, el comportamiento y la emoción. La enfermedad de Alzheimer y la
demencia vascular son los tipos más comunes. Juntas son las responsables de
hasta el 90% de los casos de demencia. Esta patología no respeta fronteras
geográficas, clases sociales ni económicas. Cada tres segundos alguien en el
mundo la desarrolla. Se estima que el número de personas que viven con demencia
en todo el mundo es más de 50 millones y se espera que se duplique cada 20
años, llegando a 152 millones para el año 2050. Es por esto que hoy se
considera que la demencia es una de las crisis de salud más significativas del
siglo XXI», explicó la Dra. Verónica Somale, médica neuróloga y responsable del
área de Neurociencias Cognitivas de INEBA.
Entre las 10 señales más importantes que pueden
indicar el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer u otra demencia se pueden
mencionar: pérdida de memoria para hechos recientes, dificultades para
encontrar palabras o entender explicaciones, dificultad en hacer tareas
rutinarias de la vida cotidiana, cambios de humor (depresión) u otros cambios
de comportamiento, perder objetos personales con frecuencia o ubicarlos en
lugares erróneos, desorientación en tiempo y espacio, disminución o incapacidad
de juicio, abandono del trabajo o actividades sociales, problemas para hacer un
seguimiento de tareas y problemas con la capacidad de entender imágenes y
dificultades con las relaciones visuoespaciales (ambas importantes para el
manejo vehicular). «Si bien actualmente no hay cura para la mayoría de los
tipos de demencia, sí están disponibles tratamientos, consejos y apoyo. Algunos
de los consejos más importantes incluyen cuidar el corazón, realizar actividad
física, mantener una dieta saludable, desafiar al cerebro con actividades
novedosas y disfrutar de actividades sociales», comentó la especialista.
El ocio como
factor neuroprotector
«Actualmente existen alternativas limitadas de
tratamiento farmacológico que sean eficaces para la intervención médica de
sujetos que experimenten este tipo de patologías. Es un contexto en el que la
identificación de factores de riesgo o protectores, especialmente factores que
sean modificables, podrían ser un potencial camino que guíe a los profesionales
en la prevención de éstas enfermedades aún la evidencia es limitada. Y entre
los factores protectores propuestos las actividades de ocio son algunas de las
más estudiadas, pudiendo ser una herramienta útil para la prevención de los
trastornos cognitivos en la vejez», explicó la Dra. Carolina Feldberg,
psicóloga y neuropsicóloga, investigadora del CONICET y Directora del
programa Mental Fit de Fundación INEBA.
La especialista agregó: «Como sociedad debemos
comprender la importancia de reconocer a la demencia como una enfermedad y
romper con el estigma que tiene para apoyar la inclusión y el respeto. Es
importante informarse sobre los síntomas tempranos y no creer que la demencia
forme parte de un envejecimiento normal. La falta de conocimiento conduce a
suposiciones erróneas sobre sus efectos en las personas y en su familia». BP
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