Texto del
Evangelio (Lc 8,1-3): En aquel
tiempo, Jesús iba por ciudades y pueblos, proclamando y anunciando la Buena
Nueva del Reino de Dios; le acompañaban los Doce, y algunas mujeres que habían
sido curadas de espíritus malignos y enfermedades: María, llamada Magdalena, de
la que habían salido siete demonios, Juana, mujer de Cusa, un administrador de
Herodes, Susana y otras muchas que les servían con sus bienes.
«Jesús iba por ciudades y pueblos,
proclamando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios»
Comentario:
Rev. D. Jordi PASCUAL i Bancells (Salt, Girona, España)
Hoy, nos fijamos en el Evangelio en lo que sería
una jornada corriente de los tres años de vida pública de Jesús. San Lucas nos
lo narra con pocas palabras: «Jesús iba por ciudades y pueblos, proclamando y
anunciando la Buena Nueva» (Lc 8,1).
Es lo que contemplamos en el tercer misterio de Luz del Santo Rosario.
Comentando este misterio dice el Papa San Juan
Pablo II: «Misterio de luz es la predicación con la que Jesús anuncia la
llegada del Reino de Dios e invita a la conversión, perdonando los pecados de
quien se acerca a Él con fe humilde, iniciando así el misterio de misericordia
que Él continuará ejerciendo hasta el fin del mundo, especialmente a través del
sacramento de la Reconciliación confiado a la Iglesia».
Jesús continúa pasando cerca de nosotros
ofreciéndonos sus bienes sobrenaturales: cuando hacemos oración, cuando leemos
y meditamos el Evangelio para conocerlo y amarlo más e imitar su vida, cuando
recibimos algún sacramento, especialmente la Eucaristía y la Penitencia, cuando
nos dedicamos con esfuerzo y constancia al trabajo de cada día, cuando tratamos
con la familia, los amigos o los vecinos, cuando ayudamos a aquella persona
necesitada material o espiritualmente, cuando descansamos o nos divertimos...
En todas estas circunstancias podemos encontrar a Jesús y seguirlo como
aquellos doce y aquellas santas mujeres.
Pero, además, cada uno de nosotros es llamado por
Dios a ser también “Jesús que pasa”, para hablar —con nuestras obras y nuestras
palabras— a quienes tratamos acerca de la fe que llena de sentido nuestra
existencia, de la esperanza que nos mueve a seguir adelante por los caminos de
la vida fiados del Señor, y de la caridad que guía todo nuestro actuar.
La primera en seguir a Jesús y en “ser Jesús” es
María. ¡Que Ella con su ejemplo y su intercesión nos ayude!
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