Un estudio en fase pre-clínica logró curar el
virus del VIS en monos (el equivalente al VIH en estos animales) a través de la
inyección de otro virus genéticamente modificado y, pese a que el resultado no
fue igual en todos los simios, el investigador norteamericano Mario Stevenson
expresó que esta línea de investigación “es lo más cerca que estamos de la
cura”.
“Tenemos en la
actualidad increíbles tratamientos antirretrovirales; sin embargo, los
científicos seguimos buscando la cura porque no es fácil para una persona tomar
todos los días pastillas, porque todavía persiste la estigmatización y porque
la expectativa de vida de las personas con VIH es menor”, sostuvo Stevenson.
“Lo que se ha
hecho en mi Universidad es tomar un virus llamado AAV, que es viejo y lo tiene
el 50% de la población sin que le genere enfermedad, y se lo modificó
genéticamente a través de la introducción de anticuerpos con el objetivo de que
éstos ataquen al VIH”, explicó Stevenson.
El
investigador sostuvo que los resultados fueron alentadores: el virus modificado
y sus anticuerpos lograron atacar al VIH y eliminarlo del organismo en tres de
los veinte monos que participaron del estudio. “Lo que sucedió en los otros 17
casos fue que los organismos generaron anticuerpos que atacaban los anticuerpos
presentes en el virus inyectado. El trabajo que tenemos, entonces, es cómo
controlar esos ‘anti-anticuerpos’. Si lo lográramos, es lo más cerca que
estamos de la cura del VIH”, sostuvo.
El científico
recordó que hubo en el mundo tres personas con VIH que se curaron: Timothy
Brown, un paciente de Londres y otro de Dusseldorf (Alemania). “Los tres se
curaron después de un trasplante de médula. Pero estos casos no pueden servir
como modelo porque esta forma sólo se puede usar con personas que además de VIH
tienen leucemia, por los riesgos de trasplante de médula, porque es muy caro y
además hay que tener compatibilidad genética con el donante”, sostuvo.
Otra línea de
investigación, que también se encuentra en fase pre-clínica, es la denominada
CRISPR Casp9 que consiste, explicó Stevenson, “en una suerte de tijera
molecular que corta el ADN que puede utilizarse tanto para prevenir el VIH
eliminando el receptor de las células o, incluso, eliminar virus que se hayan
integrado al ADN de la célula”.
“También se
han desarrollado anticuerpos que pueden atacar diversas cepas del VIH. El
problema es que esto logra inmunidad durante un tiempo, pero después se elimina
del organismo; el desafío, aquí, es cómo hacer para que sea de larga duración”,
precisó. Finalmente, Stevenson remarcó que “lo que sí tendremos disponible en
muy corto plazo son tratamientos de más larga duración que harán que la persona
pueda inyectarse una vez al mes o cada dos o tres meses, en lugar de tomar
pastillas cada día”. RA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario