Presbítero y
Fundador, 17 de Septiembre
Martirologio Romano: En
Gora Kalwaria, Polonia, San Estanislao de Jesús y María, presbítero y fundador
de los Clérigos Marianos de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada
Virgen María († 1701)
Etimológicamente: Estanislao
= Aquel que es gloria y honor de su pueblo, es de origen polaco y eslavo.
Fecha de beatificación: 16 de septiembre de 2007, durante el
pontificado de S.S. Benedicto XVI.
Fecha de canonización: 5 de junio de 2016, durante el pontificado
de S.S. Francisco.
Estanislao de Jesús y María (en el siglo, Jan Papczyński) nació el 18 de
mayo de 1631 en Podegrodzie (Polonia), de padres campesinos y fervientes
cristianos. El mismo día fue bautizado. Después de haber acudido a la escuela
elemental de Podegrodzie, estudió en los colegios de los Jesuitas y de
los Escolapios. Colaboró con los Escolapios y, con 23 años, entró en aquel
Instituto. En 1656 realizó los votos simples y el 12 de marzo de 1661 fue
ordenado sacerdote. Alcanzó fama en Varsovia tanto como profesor de retórica
como maestro de vida espiritual: fue autor de algunos libros, predicador y
confesor. Entre sus penitentes estaba el nuncio apostólico en Polonia, Antonio
Pignatelli, futuro Papa Inocencio XII.
En 1670, con
la debida dispensa, abandona los Escolapios con la intención de fundar un
Instituto de Clérigos
Marianos de la Inmaculada Concepción, teniendo tres objetivos:
promover el culto al Inmaculado Corazón de la Virgen María, encontrando en Ella
el modelo de vida cristiana y el don gratuito del infinito amor de Dios para
con los hombres; dedicarse al sufragio de los difuntos, de manera especial a aquellos
no preparados para la muerte; hacer apostolado entre la gente pobre y
marginada. Estanislao se dedicó con celo a la actividad apostólica y caritativa
hasta el final de su vida. Se dedicó a la observancia ascética y al gobierno
del Instituto que, en 1699, recibió la aprobación pontificia.
Murió el 17 de
septiembre de 1701, en el convento de Góra Kalwaria, pronunciando las
palabras en tus
manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Experimentando el ardiente
deseo de unirse a Cristo, bendijo a sus hermanos exhortándolos a la observancia
religiosa. Dejó innumerables escritos de espiritualidad. Entre ellos, Norma Vitae,
dedicado a la vida religiosa de su Instituto, y Templum Dei Mysticum,
en el que traza un programa espiritual para laicos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario