El suelo pélvico es el conjunto de músculos y
membranas que cierran la parte inferior del abdomen, comportándose como una
hamaca flexible. Está situado en la parte inferior de la pelvis, y separa la
cavidad abdominal de la pélvica.
Sus límites son el hueso púbico, el cóccix, el
sacro y las tuberosidades isquiáticas de cada lado (los dos huesos en los
que te sientas). El periné es una parte específica del suelo pélvico y
está situado entre el ano y los genitales.
El suelo pélvico está formado en un 80%
de colágeno y un 20% de fibras musculares. Dentro de las fibras musculares
podemos encontrar fibras tónicas que aportan tono y que son la mayoría; y
fibras fásicas que aportan fuerza y que son una gran minoría.
Para qué sirve el suelo pélvico
* Su función principal es ser de apoyo para la
vejiga, el aparato genital interno (vagina y útero) y el recto.
* Dan soporte a las vísceras pélvicas.
* Participan en los mecanismos esfinterianos
uretral y anal.
* Cobran una función importante en determinados
procesos relacionados con la sexualidad como por ejemplo el orgasmo.
* Interviene en la progresión del feto durante el
parto.
¿Qué sucede cuando se debilita el suelo pélvico?
Cuando hay debilidad del suelo pélvico estos
músculos ya no logran sostener la vejiga, el útero y el recto en contra
de la fuerza de la gravedad provocando uno o varios trastornos, entre los
cuales podemos mencionar la incontinencia urinaria de esfuerzo, caída de los órganos
intrabdominales (conocido como prolapso) y disfunciones sexuales.
¿Por qué se debilita el suelo pélvico?
-Menopausia: Es un
periodo en el que la pérdida de hormonas, la pérdida de estrógenos, supone un
debilitamiento de los tejidos del suelo pélvico que debemos de alguna manera
compensar realizando ejercicios de suelo pélvico y llevando a cabo una
reeducación tanto del suelo pélvico como de la cincha abdominal de nuestro
compartimento anterior.
-Ejercicios hiperpresivos o de alto impacto: Los ejercicios hiperpresivos o de alto impacto también ponen en
riesgo nuestro suelo pélvico.
¿Qué ejercicios son esos?
Por ejemplo correr, el tenis, en los que se
producen saltos repetidos que están suponiendo un fuerte impacto en nuestro
suelo pélvico que puede debilitarse.
También cuando hablamos de ejercicios hiperpresivos
nos estamos refiriendo a los abdominales tradicionales, aquéllos en los que
realizamos una flexión del tronco y empujamos el contenido abdominal hacia la
parte inferior de la pelvis, sometiendo al periné, como te decía, a unas
tensiones que tiene que contrarrestar y en ocasiones puede debilitarse y
claudicar apareciendo distintas disfunciones.
-Levantar o arrastrar pesos frecuentemente: Levantar o arrastrar pesos frecuentemente, tanto si es tu trabajo, si
te dedicas a levantar peso, como si realizas deportes en los que se levante
peso con frecuencia, tendrás que tener cuidado y vigilar tu suelo pélvico
porque corres el riesgo de que se debilite.
-Sobrepeso y obesidad: El sobrepeso y la obesidad también es un factor
clave. Cuanto más peso tiene que soportar nuestro suelo pélvico con un abdomen
prominente, más riesgo hay de debilitamiento.
-Estreñimiento crónico: Por eso, si padeces este problema, y tienes que
hacer esfuerzos realizados de forma repetida para liberar las heces, a lo largo
del tiempo, el riesgo de que estés alterando el estado de tu suelo
pélvico (músculos y nervios) es muy grande.
Las consecuencias pueden ser incontinencia
urinaria, falta de control de gases, dolor en las relaciones
sexuales, en la espalda, prolapsos…
-La postura correcta: Una posición sentada pero con las caderas
flexionadas más de 90º, con las rodillas por encima de nuestras
caderas conlleva cambios en las presiones del interior de nuestro abdomen.
Esto facilita que el recto, que es el lugar donde se acumulan las heces, quede
alineado o forme un ángulo recto con el canal anal, que es el canal por donde
salen las heces al exterior y de esta manera las heces se expulsan
prácticamente.
-Embarazo, parto, posparto: son etapas que tenemos que tener muy en cuenta para
compensar el debilitamiento que puede producirse en nuestro periné.
-Tos crónica: La tos crónica es uno de los motivos que ejerce
presión sobre el suelo pélvico.
Cada vez que tosemos se ejerce una presión. Nuestro
diafragma baja con mucha fuerza empujando el contenido abdominal y el suelo
pélvico tiene que contrarrestar ese empuje. Esto puede debilitarlo. Así que si
no había motivos suficientes para dejar de fumar, aquí los fumadores tienen
otro motivo más: la tos crónica, evitarla.
-Malas posturas prolongadas: Las malas posturas son otro de los factores puesto que el suelo pélvico
está diseñado para contener los órganos cuando la pelvis se encuentra en una
posición adecuada. Si variamos esa posición con malas posturas, el suelo
pélvico pierde esa posición ideal en la que trabaja sosteniendo la línea de
fuerzas y cuando esto sucede puede claudicar y debilitarse.
-Ropa ajustada: También llevar ropa muy ajustada es un problema
puesto que ejerce presión. Empujamos hacia abajo con pantalones muy ajustados,
con fajas, con corsés… No, esto no es nada positivo para el suelo pélvico ni
tampoco para nuestros músculos abdominales. Nuestros abdominales tienen que
trabajar de manera activa. Si sometemos a nuestro abdomen al uso de fajas, al
final nuestra musculatura no está trabajando y ya no sólo eso, sino que además
estamos empujando contra el suelo pélvico.
-Factor genético: Si en tus antepasados hay problemas de prolapso, de
incontinencia urinaria, de debilidad del suelo pélvico, hay un factor ahí
contra el que poco podemos hacer, pero sí podemos mejorar el resto de cosas que
sí dependen de nosotros.
¿Qué puedo hacer para fortalecer el suelo pélvico?
Ejercicios de Kegel
Los ejercicios Kegel son ideales para las personas
que necesitan recuperar el control de esfínteres y padecen
incontinencia urinaria. Practicar estos ejercicios de forma diaria mejora
considerablemente los síntomas
Fortalecimiento del Core
Core es una palabra en inglés que significa núcleo
o centro, se utiliza para nombrar toda la zona muscular que envuelve el centro
de gravedad de nuestro cuerpo, que lo encontramos justo debajo del
ombligo. El Core es nuestra faja abdominal, podríamos decir que sería como
nuestro corsé, formado por músculos.
Alimentación adecuada
Muy importante llevar una alimentación adecuada ya
no sólo para el sobrepeso, que debemos evitar, sino también para el
estreñimiento, mejorando la consistencia de las heces.
Tratamiento de afecciones respiratorias
Por otra parte, deberíamos atajar las afecciones
respiratorias: alergias que nos produzcan estornudos de manera frecuente o
asma, bronquitis crónica que nos lleve a toser con frecuencia y a empujar, el
contenido abdominal contra el suelo pélvico.
Corrección postural
Debemos mantener una postura adecuada con una
alineación de la columna vertebral, sentarnos sobre los isquiones y nunca
llevar la pelvis a anteversión (sacando colita) ni a retroversión (metiendo la
colita), sino mantenernos en una postura neutral para la pelvis, con la columna
elongada, con nuestro pecho hacia el frente.
Es importante consultar con nuestro profesional en
el área de la salud al percibir que estamos experimentando algún cambio o
debilidad de nuestro suelo pélvico.
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